sábado, 28 de abril de 2012

CELEBRACIONES MES DE MAYO

Cierto día le pregunté a un amigo cuándo se celebraba el día de la madre en su país. El no dudó un momento y me contesto –La verdad no lo sé, pues considero ese día como una obligación de llevar regalos, para mí una madre es todos los días y ahora que no la tengo, la llevo en mi corazón.
A raíz de aquél instante fue cuando me animé y me propuse realizar este calendario, pensé que cada día ofrece una oportunidad para tomar conciencia de su importancia, un evento a conmemorar, recordar, crear alianzas que produzcan un cambio positivo en nuestras vidas...
En este espacio encontramos una promoción de ciertos días, quizás su equivalente merezca la pena de recordarlos toda la vida.



A mi madre que noche a noche llora conmigo, que día a día sufre conmigo.
Esa mujer de la que hoy escribo, que no le importa desvelarse con tal de estar conmigo, esa mujer es mi madre.
Fuente de mi vida, de mis ganas de vivir. Ella me abraza y me besa, me ayuda y sobre todo vive conmigo la vida.
Ella que en ningún momento dudó en darme un amor de madre pendiente de mí en los golpes y tropiezos de la vida.
La hermosa y bella imagen de mi madre la llevo en el corazón en mi pensamiento en mi alma y sobre todo a ella la llevo dentro de mí.
Que con su sufrimiento me enseñó las lecciones de la vida. Me enseñó a caminar, a levantarme si me caigo, a aprender de mis errores.



 Oración del Maestro
¡Señor! Tú que enseñaste, perdona que yo enseñe; que lleve el nombre de maestro, que Tú llevaste por la Tierra.
Dame el amor único de mi escuela; que ni la quemadura de la belleza sea capaz de robarle mi ternura de todos los instantes.
Maestro, hazme perdurable el fervor y pasajero el desencanto. Arranca de mí este impuro deseo de justicia que aún me turba, la mezquina insinuación de protesta que sube de mí cuando me hieren. No me duela la incomprensión ni me entristezca el olvido de las que enseñé.
Dame el ser más madre que las madres, para poder amar y defender como ellas lo que no es carne de mis carnes. Dame que alcance a hacer de una de mis niñas mi verso perfecto y a dejarte en ella clavada mi más penetrante melodía, para cuando mis labios no canten más.
Muéstrame posible tu Evangelio en mi tiempo, para que no renuncie a la batalla de cada día y de cada hora por él.
Pon en mi escuela democrática el resplandor que se cernía sobre tu corro de niños descalzos.
Hazme fuerte, aun en mi desvalimiento de mujer, y de mujer pobre; hazme despreciadora de todo poder que no sea puro, de toda presión que no sea la de tu voluntad ardiente sobre mi vida.
¡Amigo, acompáñame! ¡Sostenme! Muchas veces no tendré sino a Ti a mi lado. Cuando mi doctrina sea más casta y más quemante mi verdad, me quedaré sin los mundanos; pero Tú me oprimirás entonces contra tu corazón, el que supo harto de soledad y desamparo. Yo no buscaré sino en tu mirada la dulzura de las aprobaciones.
Dame sencillez y dame profundidad; líbrame de ser complicada o banal en mi lección cotidiana.
Dame el levantar los ojos de mi pecho con heridas, al entrar cada mañana a mi escuela. Que no lleve a mi mesa de trabajo mis pequeños afanes materiales, mis mezquinos dolores de cada hora.
Aligérame la mano en el castigo y suavízamela más en la caricia. ¡Reprenda con dolor, para saber que he corregido amando!
Haz que haga de espíritu mi escuela de ladrillos. Le envuelva la llamarada de mi entusiasmo su atrio pobre, su sala desnuda. Mi corazón le sea más columna y mi buena voluntad más horas que las columnas y el oro de las escuelas ricas.
Y, por fin, recuérdame desde la palidez del lienzo de Velázquez, que enseñar y amar intensamente sobre la Tierra es llegar al último día con el lanzazo de Longinos en el costado ardiente de amor.

Esta solemnidad ha sido trasferida al domingo 7º de Pascua en muchos lugares desde su día originario, el jueves de la sexta semana, cuando se cumplen 40 días después de la Resurrección, conforme al relato de San Lucas en su evangelio y en los Hechos de los Apóstoles; pero sigue conservando el simbolismo de la cuarentena: cómo el Pueblo de Dios anduvo cuarenta años en su éxodo de Egipto hasta llegar a la tierra prometida, así Jesús cumple su éxodo pascual en cuarenta días de apariciones y enseñanzas hasta ir al Padre. La Ascensión es un momento más del único Misterio Pascual de la muerte y resurrección de Jesucristo, y expresa sobre todo la dimensión de exaltación y glorificación de la naturaleza humana de Jesús como contrapunto a la humillación padecida en el suplicio y la muerte. 

Este es un día que nos enseña a comprender y vivir el misterio litúrgico, proclamando un momento de la existencia de Cristo y participando por la eucaristía en Él, "en quien nuestra naturaleza humana ha sido tan extraordinariamente enaltecida que participa de su misma gloria".



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Me gusta ser docente, disfruto lo que hago, me gusta compartir. Actualmente me desempeño como docente de Primaria e informática, una experiencia muy enriquecedora para mi.